Crisis DC, partidos y política en Chile hoy

No sólo la economía se ha deteriorado en Chile los últimos años. Me parece que la política también. Las encuestas muestran desencanto, desconfianza y enojo con los políticos, especialmente de la Nueva Mayoría.  Pero no sólo.

En ese contexto, la Democracia Cristiana (DC) propuso volver a priorizar la ética en política, el crecimiento económico, la búsqueda de consensos, prolijidad en las políticas públicas,  más estudio menos ideologismos globales, gradualidad y otras medidas que fueron rechazadas por los dirigentes de la Nueva Mayoría. Lo anterior para reducir efectivamente las desigualdades que persisten en Chile y ofrecer más oportunidades de progreso a las mayorías y la clase media.  En breve, desarrollo con equidad,  y revalorar la Concertación y su carácter de centro-izquierda.  El distanciamiento DC con NM terminó con la mayoritaria decisión de los militantes de base DC de llevar candidato presidencial propio – Carolina Goic.  Los contrarios a esta decisión fueron principalmente parlamentarios y funcionarios de gobierno. Su principal argumento  expresado era que la DC perdería diputados e influencia en el país al ir solos. Otros creen que verdadero motivo  sería  el temor a perder sus bien remunerados trabajos en el Estado.

La decisión DC no sólo sorprendió a la NM. También al país, y muchos lo tomaron como un signo de esperanza. Al fin alguien reemplazaba  la calculadora para conquistar el poder, por el juego democrático de expresar propuestas  y dejar a los ciudadanos decidir. Pero parece que esas ilusiones duraron poco. Los parlamentarios y funcionarios públicos DC, grupo minoritario derrotados en la Junta anterior, vuelven a intentar recuperar sus posiciones en esta Junta de Julio, ayudados por sus congéneres de los partidos de la NM que le cierran todos los espacios a la DC. No fue lo que hizo la DC con ellos para recuperar la democracia. Sí fue lo que hicieron con Lagos en el PS ayer; lo mismo que intentan con Goic en la DC ahora.

¿Qué habrá detrás de esta poca lealtad, de  la incapacidad de percibir el descontento ciudadano con los actuales políticos y la poca disposición a permitir una renovación? Me temo que esto puede estar confirmado el argumento del deseo de aferrarse al poder del Estado: los parlamentarios constituidos como grupo de presión que dominan en los partidos.

Pareciera entonces que  medidas concretas para recuperar el prestigio de la política y la confianza ciudadana podrían ser  dos: la reducción de las remuneraciones y privilegios de los parlamentarios,  que  incentivan tanto a conquistar esas posiciones e implican tanta pérdida al  dejar el poder. En concreto un sueldo parlamentario que no supere el triple del sueldo promedio de los chilenos: $1,550,000. Volver a la histórica sobriedad republicana característica de Chile. Como es la norma, por lo demás,  en democracias tan sólidas como la inglesa.  Y lo segundo, terminar con las reelecciones después de un segundo período. Punto. Si es cierto que los parlamentarios no andan buscando el poder por el poder ni les tienta los millones que ganan,   es tiempo de que no dejar  ese espacio para la sospecha y la desconfianza.  Necesitamos que el país vuelva a creer y confiar en sus líderes y dirigentes sociales, especialmente en los políticos.

Goic  ha realizado una extraordinaria y encomiable labor. Ofrecer una alternativa valiosa al país y mantener la DC viva y unida. Su nueva gran propuesta al país, y que la proyecte más lejos, podría ser encabezar la campaña por aplicar esas medidas para el beneficio de todo Chile.

Ernesto Tironi B. Economista DC

[1] Publicada en Diario La 3ª, Dgo. 30 de julio 2017.