Álvaro Clarke, ex superintendente de Ricardo Lagos: «La solución del gobierno en pensiones es la más eficiente posible»

El economista de Progresismo con Progreso califica que el debate en torno a la reforma previsional es uno de los más «alejados de las razones técnicas que recuerde». Además, el ex militante DC asegura que no había un «motivo de fondo» para haber excluido a las AFP en la gestión del ahorro adicional.

Dice estar satisfecho con las indicaciones presentadas por el gobierno sobre la reforma de pensiones. Hace algunos días se develó parte del misterio cuando el Ejecutivo anunció la creación y los detalles del Consejo Público Autónomo (CPA), entidad que estará a cargo de las cotizaciones adicionales. Este ente público, justamente, se convirtió en una de las principales exigencias de la Democracia Cristiana para darle el «vamos» al proyecto.

Para el ex subsecretario de Hacienda del gobierno de Eduardo Frei y ex Superintendente de Valores y Seguros en la administración de Ricardo Lagos, Álvaro Clarke, el gobierno ofreció la solución más «eficiente» para sacar adelante la reforma. Pero el economista de Progresismo con Progreso, y ex DC, advierte que la cotización en torno al 14% no es suficiente para financiar las pensiones a largo plazo. Además, es crítico de que se haya excluido a las AFP de la gestión del ahorro adicional.

-¿Está conforme con el Consejo Público Autónomo que anunció el gobierno?

-Dentro de las restricciones que han puesto límites a la solución a este problema, me refiero a las que provienen del acuerdo político, la solución que ofreció el gobierno es la más eficiente que se puede construir para generar un conjunto de opciones de administración de recursos de pensiones que sean relativamente eficientes. Conserva el principio de competitividad, ya que se trata de un proceso de licitación que va a ser conocido, que se hace bajo cierto parámetros y técnicas que son de aplicación común en estas materias y que va a permitir que participen distintos gestores de fondos que probablemente van a ser altamente especializados.

-¿El que la Democracia Cristiana haya puesto como condición un ente estatal para que administre el ahorro adicional lo considera positivo?

-Esto se pudo haber hecho mucho mejor, pero si no hay acuerdo político esa solución probablemente no tendría ninguna posibilidad de materializarse en un proyecto de ley. Cualquier apuesta viable al tema de gestión de recursos tenía que estar dentro de un acuerdo político. Uno puede cuestionar el acuerdo, puede decir que no tiene ninguna racionalidad o base técnica, sin embargo, creo que la propuesta del Ejecutivo dentro del marco del acuerdo es lo mejor que pudo haber hecho. De alguna forma va a garantizar que esos recursos sean administrados profesionalmente. Y que, de alguna manera, también sustituye la carencia que hubiera tenido esta entidad pública que no cuenta con ninguna ventaja comparativa o destreza para administrar este tipo de recursos e invertirlos en instrumentos financieros. Sin embargo, la propuesta de gobierno supera este inconveniente por la vía de adquirir esta destreza, habilidades o ventajas comparativas en el mercado a través del proceso de licitación.

Nadie podría emitir un juicio negativo respecto de la función que han cumplido las AFP, por el contrario, creo que han tenido una buena gestión de los recursos. No hay razón para excluirlas de la gestión del 4% adicional».

-En la centroizquierda prevaleció la consigna «Ni un peso más a las AFP» ¿es un camino erróneo que en la administración del 4% adicional se vete a las AFP?

-A mi juicio es completamente erróneo. El sistema previsional en Chile consta de tres pilares. Uno es el pilar solidario que se financia con presupuesto público; el pilar obligatorio que es al cual se contribuye con el sueldo y cuyos recursos son gestionados por las AFP, que si uno evalúa en su mérito la gestión que han hecho ha sido relativamente buena. Las tasas de rentabilidades son comparativamente razonables y altas en lo que ha sido el desempeño general del mercado. Nadie podría emitir un juicio negativo respecto de la función que han cumplido las AFP, por el contrario, creo que han tenido una buena gestión de los recursos. No hay razón para excluirlas de la gestión del 4% adicional.

-¿Se utilizó injustificadamente la consigna? 

-En la oposición dominó injustificadamente esta frase «Ni un peso más a las AFP». Esto hizo que la decisión que tomaban las personas de asignar sus ahorros previsionales al administrador de fondos de pensiones, para que se las administre, traspasó al ámbito político. Eso va a estar inserto en la ley. No va a ser una decisión de las personas, sino que va a ser decisión de este ente público, que afortunadamente va a elegir administradores profesionalizados y con experiencia. Cuando uno va al fondo del asunto o al inicio de esta discusión uno puede observar varias cosas, como que no hay ninguna razón de fondo, ni técnica, para haber excluido a las AFP en la gestión de este proceso. Este es un tema tan relevante y que requiere avanzarse con la mayor rapidez posible de tal forma que era importante para el Ejecutivo y para el país poder destrabar este proyecto, darle viabilidad.

Había sectores políticos que definitivamente querían cambiar el sistema. Si uno mira la solución final que ha propuesto el gobierno se inserta dentro de lo que es la esencia del sistema previsional».

-¿Se equivocó la DC? Finalmente fue el partido liderado por Fuad Chahin el que tomó eso como uno de sus principales ejes.

-El tema previsional está bajo un debate público aún mayor. Había sectores políticos que definitivamente querían cambiar el sistema. Si uno mira la solución final que ha propuesto el gobierno se inserta dentro de lo que es la esencia del sistema previsional. Son ahorros personales que están en cuentas individuales y que son gestionados por actores especializados del sector privado. Todavía falta que conozcamos cuáles van a ser las condiciones específicas, pero no deberían ser tan distintas a lo que hoy son las restricciones que se imponen para el sistema de AFP. No tengo dudas de que este detalle final va a contener mucha racionalidad. Si la pregunta en concreto es si esta restricción tenía alguna base técnica para haber insistido en esta presión política que vino por parte de la Democracia Cristiana creo que no. Fue un error incluir esa restricción. Pero por otro lado, es justamente este acuerdo el que le permite dar viabilidad a la reforma y eso es lo más relevante.

-¿Se debería aumentar la competencia de todo el rango de cotización?

-Lo ideal es que el aumento de la competencia sea una política permanente en el ámbito de las políticas públicas, particularmente en esta área donde la gente es obligada a ahorrar y mantener esos recursos en cuentas individuales que son gestionadas profesionalmente hasta el momento de su jubilación. Lo mínimo que debe garantizar el Estado es un nivel adecuado de competencia, desde esa perspectiva lo mejor era aumentar la competencia a un 14%. En este caso, era partidario de traducir ese acuerdo político en una AFP estatal que cumpliera con las mismas condiciones y requerimientos que tienen hoy día las AFP en el mercado. Era una alternativa para tratar de satisfacer ese acuerdo político, pero tengo la impresión de que esa opción tampoco estaba arriba de la mesa. Lo otro que es relevante, es que esto va a durar poco porque el 14% es una cotización a todas luces insuficiente para financiar pensiones adecuadas al largo plazo.

-¿No le parece satisfactorio el aumento del 4%?

Lo más probable es que este 14% solo sirva para recuperar las disminuciones que ha tenido la rentabilidad en las inversiones financieras durante los últimos años. Las tasas de interés, todos los sabemos, han estado muy bajas y eso va a incidir en la pensión final. Hay que tener en consideración que la pensión final que se deriva de los montos de ahorro que se logren juntar a lo largo de la vida activa, se construye en un 60% a partir de la rentabilidad y en 40% por los aportes. Las caídas de rentabilidad han sido brutales para afectar los montos de las pensiones, y este 14% va a lograr reparar esa caída en la rentabilidad. Pero va a significar que a futuro vamos a tener nuevas discusiones sobre el tema previsional y que lleven finalmente la tasa de cotización a una cifra cercana al 20%.

El 14% es una cotización a todas luces insuficiente para financiar pensiones adecuadas al largo plazo».

-¿Cómo equilibrar ese porcentaje con la capacidad de los empleadores?

-En general la política que han adoptado los países respecto de esta materia es un aumento de manera paulatina, no lo hace mediante tramos largos, sino que establecen programas de aumento de pequeños porcentajes hasta llegar a determinada meta. Lo que se estima, en general, es que una tasa del 20% tiende a ser relativamente adecuada. Uno debiera esperar en el largo plazo que esta tasa de cotización fuese aumentando al 20%. Por lo tanto, el tema de la competencia en todo el rango de cotización me parece que es absolutamente necesario.

-La Democracia Cristiana valoró las indicaciones del gobierno, pero ha dicho que falta ver cómo funcionará la solidaridad intergeneracional. ¿Se puede abrir la puerta al sistema reparto?

-Como está construido el sistema, la sociedad chilena podría ser tan solidaria como quiera destinando recursos al pilar solidario, teniendo como restricción el presupuesto público. No hay que perder de vista que mediante ajustes presupuestarios, reasignación de recursos, siempre pueden destinarse mayores fondos a fines específicos. En segundo lugar, los sistemas que existen a nivel internacional y que son de reparto también consideran mínimos de participación o de contribuciones para poder tener derecho a pensión. Es un sistema que también tiene restricciones. A pesar de todo esto, se han visto obligados a ir reduciendo cada vez más los beneficios porque se encuentran actualmente desfinanciados y se han planteado ajustes como, por ejemplo, la edad de jubilación. Dentro de este marco, discutir un reparto o un pequeño reparto es perfectamente legítimo.

Es uno de los debates más alejados de las razones técnicas que personalmente recuerde».

-¿Se estaría entonces abriendo a un «pequeño reparto»? 

-De hecho, el gobierno lo introduce con el seguro de dependencia, pero tiene que ser resguardando ciertos principios: uno de ellos es que el sistema tenga seguridad financiera en el largo plazo, que los sistemas de reparto no tienen, porque la estructura etaria de la población va cambiando en el tiempo.  No hay que perder de vista que cuando se discute en introducir pequeños repartos, o repartos en el sistema, tiene que pensarse siempre en la viabilidad financiera de largo plazo.

-El gobierno ya fijó los plazos para avanzar en la reforma previsional. La meta es que salga del Congreso la primera semana de noviembre. ¿Cómo ve el ambiente, en general, para que se concreten estos tiempos?

-Sería lo ideal, esta es una reforma que se ha postergado durante muchos años, ha habido una discusión de trasfondo muy ideológica y muy política. Es uno de los debates más alejados de las razones técnicas que personalmente recuerde. Si es que se dieran esas condiciones para avanzar rápidamente y que esto se pueda convertir en ley dentro de este año, sería un avance muy relevante para el país.

Fuente: ElLíbero.cl